Esto duró mucho tiempo. Una mañana, mientras afilaba sus uñas en un árbol, arañó la corteza con tal vigor que se sintió más fuerte que nunca. Aquel día se fue solo por primera vez a buscar comida, y llevó lo que había cazado a su casa para que su madre lo viera.
- Mamá, soy un tigre grande y fuerte, ¿verdad? -dijo Kator.
Y aquella noche su madre respondió:
- Sí, Kator, te estás convirtiendo en un tigre grande y fuerte.
- Algún día conquistaré el mundo para tí -dijo Kator.
- Haz bien todo lo que tienen que hacer los tigres, Kator -dijjo su madre con suavidad. Y le limpió tiernamente con su gran lengua áspera, ablandó su cama de hojas y ronroneó para él hasta que se durmió.
La fuerza de Kator iba en aumento y comenzó a compararse con los otros animales que veía. Pronto creyó que ya no había nada que no pudiera conquistar.
- Conquistaré el mundo para tí, mamá -repetía Kator una y otra vez.
Una mañana, cuando Kator estaba a punto de salir para hacer sus ejercicios diarios, se dio cuenta de que estaba más oscuro que de costumbre.
- ¿Qué es esto, mamá? -preguntó Kator.
- Es una tormenta -contestó su madre.
Y en aquel preciso momento se desencadenó la tormenta con toda su furia. La lluvia caía a torrentes, los cielos rugían como centenares de tigres furiosos y los árboles se desgajaban ante la puerta de su guarida.
- ¿Quién es ése tan fuerte que puede romper los árboles? -preguntaba Kator.
- Es el viento -respondía la madre.
- Conquistaré el viento -dijo Kator y salió corriendo bajo la impresionante tormenta.
- ¡Vete, viento, o te arañaré! -dijo Kator.
El viento sopló más fuerte y pareció burlarse de él.
- ¡Vete, viento! -gritaba Kator, pero el viento se tragaba totalmente su voz................................
MAÑANA MAS
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