PRINCESA DE LA BOCA DE FRESA

No sé muy bien de qué depende, pero aparece y desaperece. He intentado asociar su presencia y ausencia con algún acontecimiento, para poder coger referencias y estar preparada. Incluso, le apliqué Phi, el número divino, pero tampoco lo sigue.

Ayer se puso en contacto conmigo. No lo ví, pero me habló y me dijo:

"Estoy enamorado de un cuento de hadas.

No me importa si pierdo la cabeza,

aunque duela,

pues ya estoy maldito."

Al principio me sobresalté, pues , como siempre, no lo esperaba. Luego ya, reconocí ese cierto aire familiar que dan los años de amistad, casi como un afín genético. Él no me escuchaba, pero yo le contesté y le dije:

"Yo no creo en cuentos de hadas,

Se quedó un poco más, como esperando a que yo añadiese algo. Tal vez hubiese querido escuchar más de mi, pero ¿qué más se puede decir, cuando ya no hay nada que hacer? 

Tampoco me enteré cuando se marchó, pero me pareció un tanto cabizbajo y meditabundo.