A veces no estoy segura de si soy yo o mis circunstancias las que se empeñan en mantenerme en un constante vuelo acrobático. No sé si lo busco o me viene dado con alguna estrella de nacimiento, pero tantas vueltas, subidas, bajadas y bandazos van a acabar por desestabilizarme a fuerza de tanto insistir. Ahora que había encontrado una barra a donde agarrarme, buscaba una línea recta a media altura donde dejar fija mi mirada y que mis otolítos se pudieran concentrar y nivelar. Y, aunque no suelto mi barra, la única línea que he encontrado está trazada por un loco con el baile de San Vito y un frasquito abierto de tinta china, que no es una línea ni es nada, pero me quedo boquiabierta siguiendo las cabriolas de esa tinta al caer, que deja manchas y manchitas y me parecen, preciosas.
Hoy trasnocharé imaginando de qué pueden ser la sombra. Ya me he vuelto a marear, menos mal que estoy agarrada. A veces no sé si soy yo o mis circunstancias las que se empeñan en mantenerme en un constante vuelo acrobático.